…ESA MALDITA LLAMADA.

Suena el teléfono. Aparece “papá” en la pantalla y piensas “qué raro que me llame a esta hora si sabe que estoy dando de cenar a los niños”. Cada una de las palabras que escuchas a continuación te destroza por dentro: “Tu mamá ha muerto”. Las siguientes explicaciones ni las escuchas ni las entiendes. Solo sientes un vacío inmenso.

¿Qué hacer cuando recibes una llamada así de devastadora?

Lo primero que asumimos durante nuestra estancia en España es la lejanía con nuestros seres queridos. Gracias a la tecnología, nos sentimos más cerca. Hablamos con ellos, compartimos y nos mantenemos al día aún en la distancia.

Pero un día recibimos esa llamada. Nuestro ser amado está enfermo, ha sufrido un accidente o ha muerto y la distancia, nuevamente, se convierte en un abismo. Nos llenamos de confusión, de incredulidad, de tristeza, de rabia… entramos en shock. Lo primero que queremos es teletransportarnos, estar ahí de manera inmediata, acompañar a nuestra familia. Nos llenamos de arrepentimientos y de culpas “si le hubiera llamado ayer…”, “si le hubiera dicho te quiero…”, “si hubiera ido en Navidad…”

Entonces ¿qué podemos hacer?

La psicóloga mexicana, Vanessa Maillefert, nos explica:

Saber esto a distancia es muy doloroso, cada persona experimenta y siente de manera distinta. Si recibes la noticia, estés donde estés y estés haciendo lo que estés haciendo primero, detente en un lugar seguro, respira y comunícate con amistades o familiares que tengas aquí para que te brinden el primer soporte y ayuda. Cuéntales lo que te ocurre para que sean tu red de apoyo, ya que obviamente querrás agilizar tu partida. Vendrá bien tener en cuenta lo siguiente, considerando que se trata de una noticia súbita, es importante estar “preparados” en todo momento y anticipar nuestro actuar.

Vanessa nos da algunos puntos que pueden ayudarnos a sobrellevar la situación de mejor manera:

• Destina una cantidad de dinero a la que puedas acceder fácilmente que te permita comprar de último momento el billete de emergencia. (Esa cantidad no se toca).
• Recuerda mantener tu pasaporte vigente.
• Guarda páginas de aerolíneas confiables, seguras y a las que puedas acceder rápidamente.
• Comunícate con aquellas personas que te puedan ayudar en caso de emergencia y delega responsabilidades familiares, es decir, si tienes hijos(as) y por estas cuestiones no pueden viajar, encomienda las cosas básicas.
• Infórmate de manera efectiva sobre las condiciones laborales que tiene la empresa si se presenta esta situación. Puedes mirarlo en el Estatuto de los Trabajadores y en tu convenio. Uno de tus derechos como trabajador es ausentarte algunos días por estos motivos y, por otro lado, infórmate cómo se debe llevar a cabo el proceso de notificación. Quizá tengas que valorar la situación entre elegir y seguir al pie de la letra los trámites burocráticos que dicta la empresa o salir de inmediato haciéndote cargo de las consecuencias posteriores, que al final, habrá tiempo de sobra para arreglarlo.
• En el aeropuerto, si nadie puede estar contigo, asegúrate de llevar una batería externa cargada, para que puedas estar en contacto con aquella persona que te brinda soporte emocional.
• Durante el viaje, piensa, respira y recuerda momentos gratos. Posiblemente las horas te parezcan años. Tal vez consideres a los demás indiferentes y fríos, pero recuerda que el dolor es personal, acéptalo y reconócelo en ti.
• Recuerda que el tiempo está pasando y los plazos están llegando, posiblemente cuando llegues tendrás que ir directamente al velatorio, crematorio o al sepelio. Puede parecer duro, pero recuerda llevar ropa adecuada. Podrá pasar por tu mente que no te despediste, no te lo reproches con el paso de los días, es difícil que se dé una situación idónea para despedirse, es más una carga social aprendida que estorba mucho.
• Considera que, de alguna u otra manera, vivir el duelo en lejanía es vivir un doble duelo. La lejanía nos hace sentir aislados, separados, profundamente tristes, abandonados y deseamos haber estado cerca en el momento del deceso para decir cosas que se quedaron pendientes, a todo esto se añade la sorpresa de la noticia, para después pasar por el duelo por muerte.
• Cuando nuestros seres queridos mueren, dejamos de verlos físicamente, pero permanecen en nosotros(as) sus enseñanzas, los momentos compartidos, las pláticas. Permanece en nosotros parte de su vida y de su historia. No “se van”, no “nos dejan”. Las personas mueren como parte del proceso natural de la vida. La relación que tuvimos, permanece en nosotros(as) para poder agradecer, honrar, perdonar, comprender y transformar para después, aprender a soltar.
• Concéntrate, piensa e invoca para tu ser querido que: está ahora en las mejores circunstancias de amor, felicidad, compañía, plenitud. Puedes despedirte diciendo “te amé, gracias por lo que me diste en vida, seguiré mi camino”.

“Quizá esté ya muy trillado el dicho de vive cada día como si fuera el último, pero viene bien aprender a despedirse cada día, viene bien aprender a cerrar ciclos para que otros se abran y agradecer por ello, viene bien estar realmente en paz con los demás cada día”, agregó.

Vanessa también nos cuenta qué hacer si nos toca apoyar a alguien que ha perdido a un ser querido:

• Si alguien te elige para ser parte de esa red de apoyo en momentos difíciles, agradécelo, eso es un privilegio.
• Ayuda, gestiona, contacta, investiga.
• Ofrece tu apoyo haciendo y resolviendo, que una persona en duelo carece de energía.
• Si te sobrepasa ayudar en estas situaciones es muy válido comunicar que te encuentras indispuesto, haciendo esto ayudas realmente más que brindando una pseudo-ayuda. No te preocupes, seguro habrá alguien más que lo pueda hacer. Recuerda que, cada persona siente y experimenta de manera distinta.

Si necesitas ayuda visita nuestros grupos facebook MexiShock y SOS Mexicanas en Madrid, ahí puedes contactarnos.

*Vanessa Maillefert Rovira es Psicoterapeuta individual, familiar y de pareja. Puedes contactarla aquí: Conocer Crecer Vanessa.