Vamos a explorar un tema crucial para nosotras como mujeres migrantes que están por casarse o ya están casadas: el divorcio. Este proceso legal disuelve el vínculo matrimonial, poniendo fin a las obligaciones y responsabilidades del matrimonio. Es importante considerar cómo el divorcio puede influir en nuestra vida migrante, situación económica y social.

En el proceso de migrar y casarse, además de gestionar los trámites administrativos necesarios, nos encontramos con la necesidad de planificar nuestro futuro. Esto incluye buscar trabajo, homologar títulos académicos, o estudiar nuevas disciplinas. No obstante, algunas mujeres «optan» por ser amas de casa, una elección que a menudo está influenciada por expectativas y condicionamientos sociales que nos limitan. Dedicar el 100% del tiempo al cuidado del hogar y la familia sin recibir un salario o reconocimiento laboral puede llevar a una dependencia económica de la pareja, dejando a las mujeres en una posición vulnerable y sin derechos laborales garantizados durante el matrimonio y especialmente luego de un divorcio.

En ese sentido y dado que el divorcio puede afectar a cualquiera, es esencial comprender sus implicaciones legales, especialmente en lo referente a la pensión compensatoria y el uso de la vivienda familiar.

Exploraremos los posibles escenarios para quienes no tienen un empleo remunerado y se dedican exclusivamente a las tareas del hogar y cuidados. Esta guía ofrece una visión generalizada de estos temas para ayudarte a tomar decisiones informadas sobre tu futuro.

Advertimos que tener un trabajo cobrando «en negro» y/o en la economía sumergida, puede tener casi las mismas repercusiones que dedicarse 100% al hogar y sin contar con estabilidad financiera a futuro.

Pensión Compensatoria

El Artículo 1438 del Código Civil establece que la dedicación exclusiva al cuidado del hogar y la familia se considera una contribución a las cargas del matrimonio y puede dar derecho a una pensión compensatoria en caso de divorcio. Sin embargo, esta pensión no se concede automáticamente y suele ser mínima, con cuantías que generalmente oscilan entre 200€ y 300€ mensuales, es decir cantidades que no cubre ni si quiera las necesidades básicas.

Para que se conceda una pensión compensatoria, se deben cumplir ciertas condiciones:

  1. Dificultad para incorporarse al mercado laboral: Esta dificultad puede deberse a factores como la edad, falta de formación o ambos.
  2. Falta de ingresos durante el matrimonio: El cónyuge que se dedicó al hogar no percibió un salario, lo que contribuye a su dependencia económica.
  3. Inexistencia de otros ingresos: El cónyuge no debe tener rentas adicionales provenientes de inmuebles, negocios u otras fuentes.
  4. Duración del matrimonio: Un matrimonio de larga duración facilita la obtención de la pensión.
  5. Estado de salud: Se considera tanto la salud del cónyuge obligado a pagar la pensión como del que la recibe.

Es fundamental contar con asesoramiento legal para negociar y maximizar la compensación adecuada, y toma en cuenta que no se otorgan estos derechos de forma inmediata, hay que lucharlos.

Uso de la Vivienda Familiar

El Artículo 96 del Código Civil protege el derecho de habitación de los menores en la vivienda familiar. Esta protección puede aplicarse incluso si no se ha solicitado explícitamente en la demanda de divorcio y se basa en el interés superior de los menores, sin importar el régimen económico del matrimonio o la titularidad del inmueble.

Las sentencias relevantes del Tribunal Supremo que aclaran esta protección incluyen:

  • Sentencia del 21 de mayo de 2012: Refuerza la protección del derecho de habitación para los menores.
  • Sentencia del 26 de abril de 2012: Confirma la aplicación del artículo independientemente del régimen económico del matrimonio.
  • Sentencia del 1 de abril de 2011: Establece que la protección del interés de los menores es aplicable tanto a matrimonios como a rupturas de pareja.

Es importante destacar que la protección del interés del menor no garantiza el derecho de permanencia para el cónyuge que no es propietario. Aunque la vivienda puede ser asignada al progenitor custodio para el bienestar de los hijos, esto no otorga automáticamente el derecho a la esposa no custodio a permanecer en la vivienda familiar. Es decir te puedes ver en la calle sin trabajo y sin hogar, es así de sencillo.

Situaciones Específicas

  • Vivienda propiedad exclusiva del padre: Si el padre adquirió la vivienda antes del matrimonio y es el propietario exclusivo, el uso de la vivienda puede ser asignado a la madre si ella tiene la custodia de los hijos, para asegurar la estabilidad de los menores.
  • Hijos mayores de edad: La atribución del uso de la vivienda puede ser revisada si los hijos alcanzan la mayoría de edad.

Duración del Uso de la Vivienda

La atribución del uso de la vivienda familiar se basa en el interés del menor y no implica un cambio en la propiedad del inmueble. Esta asignación puede ser revisada si cambian las circunstancias, como la mayoría de edad de los hijos o la búsqueda de un nuevo lugar de residencia por parte del progenitor custodio.

Recomendaciones

  1. Asesoramiento legal especializado: Es esencial para comprender los derechos y obligaciones y para recibir representación adecuada en el proceso de divorcio.
  2. Negociación y acuerdos: Buscar acuerdos amistosos puede beneficiar a todas las partes involucradas.
  3. Revisión judicial: Es posible solicitar una revisión de las condiciones del uso de la vivienda si las circunstancias cambian, como en el caso de que los hijos cumplan la mayoría de edad o si el progenitor custodio encuentra un nuevo lugar de residencia.

Hijos de Matrimonios con Extranjeros

En los casos de divorcio donde uno de los cónyuges es extranjero, los hijos menores de edad tienen derecho a permanecer en España, considerado su hogar. Las decisiones sobre el traslado fuera de España se toman basadas en el interés superior del menor y deben estar justificadas por razones válidas. Es decir, si el menor tiene su residencia en España, trasladarlo a México para recibir apoyo familiar debe estar autorizado por una sentencia judicial. De lo contrario, esto podría considerarse «sustracción de menores», lo que podría dar lugar a una denuncia penal internacional.

Esta información es muy generalizada y puede servir como una guía inicial. Cada caso es distinto y requiere de la ayuda de expertos legales para adaptarse a las circunstancias específicas y asegurar una resolución adecuada.

La Realidad
Después de un divorcio, una mujer migrante en España se enfrenta al desafío de rehacer su vida, independientemente de si tiene o no un hogar o empleo. En España, no existe una pensión automática para aquellas mujeres que decidieron dedicarse al cuidado del hogar y los hijos. Aunque hay una pensión compensatoria mínima, no se otorga de manera automática; es necesario luchar por ella, y sin recursos económicos, es difícil pagar un abogado que pueda defender tus derechos.
La situación se complica aún más cuando hay hijos de por medio. Si no has percibido un salario durante el matrimonio, tu posición económica será más débil en comparación con la de tu pareja, lo que puede influir en la custodia de los hijos. Aunque el Estado español suele favorecer a las madres en términos de tutela, esto no siempre es así, y necesitarás luchar en juicios donde la falta de recursos puede jugar en tu contra. Además, al no estar en México, donde podrías contar con el apoyo de tu familia, es probable que te enfrentes a una situación más vulnerable, ya que para el Estado español, España es el hogar de tus hijos, lo que dificulta llevártelos contigo si no cuentas con los medios económicos necesarios.
Es crucial recordar que no tener trabajo se puede usar en contra de las madres en procesos de divorcio, especialmente si estás viviendo en casa de tu suegra o si tu marido tampoco tiene una propiedad.
Por último vivir en un pueblo alejado de la ciudad también te resta oportunidades luego de un divorcio.


Perspectiva General
Es fundamental no retroceder a un modelo en el que las mujeres, dependan de manera perpetua de su pareja para su sustento. Volver a un sistema que fomente la dependencia económica sería un retroceso hacia tiempos en los que se limitaban las oportunidades y la autonomía personal. Es contraproducente pensar en un futuro donde el fracaso de una relación signifique la imposibilidad de avanzar y ser autosuficiente.
Por ello, es esencial que, como migrantes, busquemos activamente nuestra independencia económica. Estudiar, trabajar y fortalecernos financieramente no solo es una forma de protegernos, sino también de asegurar que tengamos las herramientas necesarias para enfrentar cualquier adversidad, incluyendo un posible divorcio. La autonomía económica es clave para no quedar en una situación de vulnerabilidad.